“Es el contexto lo que hace que la palabra sea dañina. Ser llamados “gordos” por un extraño que pasa puede hacer que uno se sienta molesto, enojado e incluso indigno. Pero ¿qué sucede cuando un médico dice que le preocupa que usted esté muy gordo?”
Por qué debemos dejar de preocuparnos cómo nombrar la obesidad
¿Importa cómo nos referimos a la obesidad?
¿Cómo debemos llamarla? Es sorprendente cuánta atención prestamos al
responder esta pregunta cuando hablamos sobre la obesidad. Algunas
personas prefieren "gordo" porque creen que es una
descripción fáctica. Otras personas se sienten ofendidas por la
palabra "gordo" y prefieren "obeso" porque es un
término clínico objetivo.
Al asistir a una conferencia
reciente en el Reino Unido sobre obesidad y control del peso, escuché
a un orador referirse a personas de "mayor peso". Esto
generó una respuesta muy negativa entre ciertas secciones de la
audiencia, quienes sintieron claramente que esto era estigmatizante y ofensivo.
Participo activamente en organizaciones que apoyan a personas que conviven con la obesidad. Siento que el estigma es un aspecto muy importante del desafío y, por supuesto, aquí es donde surgen definiciones y desacuerdos sobre las definiciones. Como todos somos personas diferentes, es difícil complacer a todos. Lo que podría ser ofensivo para una persona, no lo es para otra.
Para mí, es el contexto lo que hace que una palabra sea dañina. Ser llamado "gordo" por un extraño que pasa puede hacerle sentir molesto, enojado e incluso indigno. Pero, si un médico le dice "Me preocupa que esté muy gordo y que esto pueda causarle problemas de salud futuros." ¿Eso le genera los mismos sentimientos?
La obesidad suele verse como autoinfligida, y esto habilita a las personas para ridiculizar, discriminar e intimidar. Entonces, al salir de la conferencia, me preocupaba que se hubiera puesto tanta atención en "¿cómo nos referimos a la obesidad?" ¿No es mucho más preocupante el estigma de "coma menos, muévase más" que la enfermedad en sí?
Al final del día, ¿no es solo una palabra?
Lo que la gente no se da cuenta es que estoy activa. He tenido un trabajo físico de tiempo completo desde que terminé la escuela. También tuve un entrenador personal y fui a un gimnasio y a clases de natación diarias. Por eso, adelante, llámeme gorda, con sobrepeso, más pesada, de huesos grandes o lo que desee. Pero si siente la necesidad de juzgarme, hágalo basándose en sus propias observaciones, no en lo que le dicen los medios, o los profesionales sin experiencia o comprensión de lo que es realmente vivir con obesidad.
He tenido un trabajo físico de tiempo completo desde que terminé la escuela. También tuve un entrenador personal y fui a un gimnasio y a clases de natación diarias.
En mi opinión, las conferencias y otros foros en los que se analiza la obesidad se beneficiarían de una mejor comunicación entre los académicos y los pacientes. Dicho diálogo contribuiría a comprender mejor los desafíos que enfrentan las personas con obesidad e informar una mejor estrategia para lograr avances con una única voz. Y no solo con una palabra de estigmatizante y limitada.